Lo que nunca fué para mí es una red social. Estaría igual de feliz si el sitio estuviera habitado por un millón de extraños anónimos de cuyo buen gusto me pudiera aprovechar.
Hoy en día tengo unos cuantos amigos ahí, pero casi nunca hago algo "social" mas allá de aceptar pedidos, y poner reviews que no creo que nadie lea.
Me gusta Flickr donde pongo la mayoría de mis fotos (algún día, todas mis fotos). Es barato y puedo subir prácticamente fotos ilimitadas, y puedo compartirlas (a veces) con amigos reposteándolas a twitter o facebook.
¡Hasta fueron tan amables de guardar todas las fotos que subí como usuario free hasta que les pagué por el espacio que ocupaban 5 años más tarde!
Me gusta Twitter para postear cosas chicas que no merecen entrar al blog, boludear con amigos y no tanto, conocer gente, y perder un ratito todos los días.
Una de esas cosas no es como las otras. Ona de esas cosas "sociales" la uso porque es social, las otras no, y la verdad que sean sociales o no no me interesa mucho.
Tal vez hoy para que una red social tenga éxito debería prestar atención a los antisociales, para que al menos al principio, cuando no conocés a nadie, sirva para algo. No voy a Goodreads a charlar. No voy a Flickr a discutir. Voy a poner fotos y libros. Y por eso sigo ahí, y ahora conozco gente.