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Ralsina.Me — El sitio web de Roberto Alsina

Natalia Oreiro y la Máquina del Tiempo

"¿Ar­gen­ti­no­?" me pre­gun­tó la ca­ma­re­ra del Fay Fa­y. Pe­ro cla­ro, ce­nan­do so­lo, en Car­me­lo, no te co­no­cen, cal­cu­lo que un 80% de pro­ba­bi­li­da­des de que seas ar­gen­tino. En fi­n. Si no te gus­ta lla­mar la aten­ción te con­vie­ne ir a Monte­vi­deo, o por lo me­nos a Co­lo­nia. Pe­ro la ca­cho­la es más ba­ra­ta, y pa­ra lo que te­nés que ha­cer Car­me­lo al­can­za. Y son las on­ce de la no­che, y el ho­tel no tie­ne agua ca­lien­te, y el úni­co lu­gar abier­to es el Fay Fa­y, y el ca­rri­to de cha­cho, y es­tá fres­co pa­ra co­mer pa­ra­do en la ca­lle.

Pe­ro bue­no, uno es­tá don­de es­tá y ha­ce lo que ha­ce, y eso te pre­gun­tan siem­pre, qué es­tás ha­cien­do. Y se te ocu­rre in­ven­tar que si to­más las ba­nel­co de to­dos tus ami­go­s, ve­nís acá, sa­cás pe­sos uru­gua­yos del ca­je­ro, com­prás dó­la­res en la ca­sa de cam­bio, los lle­vás a Ar­gen­ti­na, los cam­biás por eu­ro­s, los traés acá, y los vol­vés a cam­biar por dó­la­res eso te de­ja un 7.8% de ga­nan­cia y es le­ga­l, pe­ro se­ría com­pli­ca­do y no es cier­to, y no que­rés ex­pli­ca­r, en­ton­ces te­nés que pen­sar al­go, y ti­rás que ve­nís por­que sos un via­je­ro en el tiem­po.

Que so­mos to­do­s, por­que va­mos pa­ra el fu­tu­ro a un día por día, pe­ro que te­nés una teo­ría, que acá no es el mis­mo mo­men­to que allá. Que se lla­man igua­l, en to­dos la­dos se lla­ma 25 de ma­yo del 2012, pe­ro que a pe­sar de eso, acá se sien­te co­mo si fue­ra, po­ne­le, 22 de ju­nio de 1987, pe­ro con wi­fi.

Si, Car­me­lo es la dé­ca­da del 80 pe­ro con wi­fi, esa es la ex­cu­sa, y no, si no hu­bie­ra wi­fi no ven­dría, por una cues­tión de la­bu­ro, ¿vis­te? y em­pe­zás a men­cio­nar las co­sas ob­via­s, co­mo que esos sau­ces llo­ro­nes en el río son igua­les a los que ha­bía en la vuel­ta del pi­ra­ta cuan­do eras chi­co, y que hay bos­ta en la ca­lle, y que to­das las ve­re­das tie­nen esa ca­pa de tie­rra que vos no ves des­de 1991, y los car­te­les pin­ta­dos a ma­no en las vi­drie­ra­s.

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Pe­ro por su­pues­to, la evi­den­cia más cla­ra de que en Uru­guay no es el si­glo 21 es Na­ta­lia Orei­ro. Por­que la Orei­ro no só­lo es­tá muy bue­na, si no que es, cla­ra­men­te, una mi­na na­ci­da en 1950. Al­can­za ver­le la ca­ra, no es una ca­ra de aho­ra, es una ca­ra de ha­ce 30, 40, 50 año­s, por eso lla­ma la aten­ció­n, por­que mi­nas lin­das hay mi­llo­nes, pe­ro ella es lin­da co­mo se­ría tu vie­ja cuan­do era jo­ven, si tu vie­ja era lin­da, co­mo tu vie­ja de­be­ría ha­ber si­do de lin­da.

Es que las chi­cas jó­ve­nes son siem­pre lin­da­s. El chis­te es ver cua­ren­to­nas lin­da­s. En un lu­gar en que las ado­les­cen­tes son her­mo­sas pe­ro las de cua­ren­ta no, es que al­go fa­lla, es que al­go les pa­só en esos vein­te años que les sacó lo lin­da­s, ¿no?

Por eso, pa­ra sa­ber cual país tie­ne las mi­nas más lin­das no mi­res ado­les­cen­tes, no mi­res mo­de­lo­s, ni ac­tri­ce­s, mi­rá ma­es­tras de pri­ma­ria, po­ne­le, de en­tre 35 y 50. Si son lin­da­s, es que ese país va­le la pe­na, por­que aga­rró lin­das ado­les­cen­tes, las pu­so en un la­bu­ro jo­di­do e in­gra­to, pe­ro así y to­do no las arrui­nó, quie­re de­cir que el res­to de las co­sas que les pa­sa­ron no fue­ron tan ma­la­s. Si pa­re­cen de 20 se­ría una ca­ga­da, tie­nen que pa­re­cer de 35, de 40, de 50, pe­ro con una son­ri­sa, con una ac­ti­tu­d, de mi­na lin­da.

En­ton­ces te de­cía que eso, que ven­go por la má­qui­na del tiem­po, y sí, quie­ro vol­ver a los 90 por­que eran más lar­go­s, los 90. Fi­ja­te, el go­bierno de Men­dez du­ró ti­po lo mis­mo que Nes­tor más Cris­ti­na, pe­ro de­cí­me que no pa­re­ció el do­ble, el tri­ple... se­ría que yo era más rá­pi­do en los 90, en­ton­ces aho­ra que soy más len­to el mun­do se me pu­so rá­pi­do, y se me van los años así, de gol­pe, en­ton­ces si ven­go acá, en el área de in­fluen­cia de la hi­po­té­ti­ca má­qui­na del tiem­po de Na­ta­lia, en­ton­ces los días se me ha­cen más lar­go­s, y fun­cio­na, te ju­ro, lle­vo 4 ho­ras acá, pe­ro se sien­ten co­mo 4 día­s, 4 se­ma­na­s, cla­ro, 4 días de és­to­s, no 4 días de los 90.

Pe­ro bue­no, sí, de pa­seo. Un ca­na­dien­se y una co­ca li­gh­t.

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Pablo Ziliani / 2012-05-27 00:41:

mmm... canadieeeeense!


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