Ahí lo tenés al pelotude...
He tenido el desagrado de que Google me sugiera leer la "nota" intitulada "Un lenguaje inclusivo que divide" escrita por Alberto Benegas Lynch (h) en Infobae.
Mi primera reacción es ... que pelotudo es Benegas Lynch (h) pero no, eso no le hace justicia. Benegas Lynch(h) es pelotude. Porque sé que dicho así le molesta un poco más.
Como es domingo a la noche y estoy esperando el delivery, vamos a gritarle a la nube un ratito con extensas citas de esa "nota" y mucho más extensos comentarios sobre la misma, porque siempre hay que dar por el burro más de lo que el burro vale.
Hasta la irrupción de esta moda el idioma común era un puente de unión
Ehhh en serio? El lenguaje es un medio de comunicación. Se usa tanto para unir como para separar. Cuando te digo "Alberto Benegas Lynch(h), sos un pelotudo a cuerda" así, usando el lenguaje "común" como le decís, no inclusivo, no estoy tendiendo un puente de unión con vos, estoy cavando un foso, y llenándolo de cocodrilos esperando que me aísle de vos. Entiende?
Los diccionarios son libros de historia que mutan con el tiempo según sean las utilizaciones del lenguaje, un instrumento esencial en primer término para pensar y en segundo lugar para la comunicación.
Esa frase sobre los diccionarios le gusta al estimado Benegas Lynch (h). Por ejemplo en su nota de enero "Las claves para entender y hablar como corresponde sobre el conservadurismo" la usa. Porque ya saben, como dice Mirtha, el público se renueva.
De todas formas, no, no son eso y no son para eso.
¿Ah, qué, que tengo que justificarlo? ¿Por qué, si Alberto (h) no lo justifica un cazzo y sale en Infobae?
Como se ha consignado en el prefacio a la obra del célebre profesor de la Universidad de París Joseph Vendryes titulada El lenguaje. Introducción lingüística a la historia, el lenguaje marca “el fin de la historia zoológica y el principio de la historia humana”.
Efectivamente, Joseph Vendryes ... no dijo eso. Vendryes era un lingüista especializado en lenguajes celtas que sí dijo "C'est un acte social en ce qu'il répond à un besoin de communication entre les hommes." ... porque ese libro salió en 1921 y probablemente ahora no hubiera dicho "les hommes", pero como les dije ... no dijo eso que cita Benegas (h) porque eso lo dijo Henri Berr, que es el que escribió el prefacio.
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Pero bué, igual no aporta una goma a lo que quiere decir Albertito(h), nada más cita franceses muertos porque en sus círculos sociales eso da una pátina de respetabilidad, aunque los cite mal.
También el extraordinario lingüista Noam Chomsky (tan lejos de la tradición de pensamiento liberal) que “la lengua constituye una manifestación clave de la mente distinta de la estructura material del hombre”
Mas allá de que Lynch(h) se olvidó el verbo, sí, Noam Chomsky dijo "el hombre". Ah no, porque Chomsky no escribe en castellano. Chomsky dijo algo parecido? Tal vez. Pero así, textual como lo cita Benegas (h)? No, no lo dijo, o si lo dijo nadie nunca lo puso en Internet.
Pero ... sabían que alguien le preguntó una vez a Chomsky acerca del lenguaje inclusivo? Y que de hecho le preguntaron con referencia a ... Argentina? No puedo confirmar la veracidad, pero es el nivel que estamos manejando:
Me: Sorry to bother you with so many questions but I also wanted to ask you about inclusive language, I'm from Argentina, I don't know if you speak spanish or not but normally male things finish with "O" and female finish with "A". For example, gato means male cat, and gata means female cat. And some people want to change language in order to be inclusive. They use x, or @, or some people even use "E" because people don't know how to pronounce with x or @. And I think in the US some people of the same movement say people should start saying "they" instead of he or she in case a person is trans. What do you think about this?
Chomsky: It’s a bit of a nuisance, but if people think it’s important, OK
Si, tal vez Chomsky opina que el lenguaje inclusivo "es un poco molesto, pero si a alguien le parece importante, OK". Lo que sí seguro que dijo es "Political correctness is a healthy expansion of moral concern". La tesis propuesta por Benegas en esta pelotudez que escribió sería incomprensible para Chomsky mas allá de "What's this asshole talking about and why did he mention me?".
... y Michael Polanyi, el gran profesor de la Universidad de Oxford, destaca que “la era pre-verbal estaba rodeada de una gran oscuridad”.
Ahhh Polanyi. Un groso.
Sabrá Hijo de Benegas a qué se refería Polanyi? No creo. Polanyi es el que definió el concepto de "conocimiento tácito". Cuando Polanyi habla de que algo es "preverbal" se refiere a que es un conocimiento implícito y no expresado verbalmente. En otras palabras, no tiene cazzo que ver con lo que está balbuceando Benegasson, pero ... ya les dije, citar filósofos queda lindo.
Aunque en este caso "citar" es medio una exageración porque a pesar de buscar todas las combinaciones y sinónimos que se me ocurrieron no he podido encontrar nada que haya dicho Polanyi que se parezca un poco a lo que "cita" este coso.
Como ha señalado Mario Vargas Llosa “el lenguaje inclusivo es una aberración” y Arturo Pérez-Reverte concluye que “el lenguaje inclusivo es una estupidez”.
Es verdad que ambos señores pelotudos escritores han dicho eso.
Esto por forzar las cosas, desnaturalizar el lenguaje y pretender la imposición de un discurso a contramano de los usos corrientes.
No me cabe duda que puede tal vez haber sido por eso. Son opiniones.
Incluso hay gobernantes que se han dirigido a sus audiencias como “millones y millonas”, como “miembros y miembras” como “portavoces” y “portavosas” y demás dislates.
- Nadie jamás dijo "millones y millonas"
- Miembros y miembras está bien (¿por qué? Porque me place. Y el lenguaje es así.)
- Nadie jamás dijo "portavosas" antes de que lo dijera Alberto Benegas Lynch, segundo de su nombre.
En este curioso y primitivo lenguaje solo falta que se sustituya el no por na o ne “para no ser machista” o la sandez de referirse a la delincuenta, la narcotraficanta y para no ofender a los varones aludir al poeto. También Ricardo Güiraldes debió hacer figurar a su conocido personaje como Segunde Sombre y, en esta misma línea argumental referirse a los “gauches” y nuestro himno, entre otras cosas, debería incluir “el grite sagrade”. Y antes que nada la parla debiera ser “lenguaje inclusive” para eventualmente “evitar cierta reminiscencia machista”.
Eso se llama "hombre de paja". Es plantear una posición extrema que nadie en realidad propone y proceder a demolerla con facilidad. Es una falacia porque está básicamente discutiendo con su propia imaginación y felicitándose por ganarle.
Propongo que la renombremos como "una pajereada". Por ejemplo: "Alberto el pequeño está diciendo una pajereada".
Puntos extras por usar comillas para citar a las voces dentro de la cabeza de Albertico Benegas.
Hay por una parte el principio de economía del lenguaje para no extenderse innecesariamente, por ejemplo, en “los y las estudiantes” y equivalentes que revelan un gusto desmedido por las redundancias. Por otra parte, hay sustantivos que indican sexo (perro/perra) y otros que no lo indican (periodista, persona). Muchas palabras terminan en la letra a que son asexuadas (alegría, día, dogma, silla, casa,) y otros de la misma naturaleza que terminan en la letra o (cuaderno, libido, mano, odio, puerto).
Si realmente el que cito tuviera algo contra extenderse innecesariamente su columna podría resumirse como "El lenguaje inclusivo no me gusta, me parece feo y hay un montón de gente que está de acuerdo conmigo", así que me parece hipócrita.
Lo demás ... obviedades.
El lenguaje inclusivo como parte de lo “políticamente correcto” desconoce la gramática como estructuras de la lengua, la semántica como significados, la sintaxis como formas de combinar palabras y hasta la fonética debido a sonidos inapropiados en el uso de los términos y a veces la misma prosodia puesto que la puntuación suele ser incorrecta en estos textos.
Primero: alguien que escribe tan pomposo y horrible como Alberto hijo de Alberto no debería tirar piedras viviendo como vive en un invernadero, pero ... no? Simplemente no. Lo que dice no es cierto.
Alberto Jr confunde "la gramática" con "las reglas de gramática que él conoce", "la sintaxis" con "la sintaxis que le gusta" y así todo. Convierte lo subjetivo propio en objetivo mientras en el mismo paso les niega a los demás la capacidad de tener su propia subjetividad. Aún la RAE no se arroga el derecho de definir el lenguaje. Nada más lo registra.
El concepto clave en la genuina inclusión es el respeto lo cual constituye precisamente el alma del liberalismo, sin embargo, aparentemente los que pretenden imponer el llamado lenguaje inclusivo excluyen malamente a los que no adhieren y revelan visos autoritarios. Hasta la irrupción de esta moda el lenguaje incluía a todos pero hoy divide.
¿Quién te obliga a hablar en inclusivo, Beneguitas? ¿Vos ves muchas notas en diarios diciendo que los que no hablan en inclusivo hablan mal? ¿En serio, me lo estás diciendo acá desde una columna publicada en un diario que dedicás a decir que los que no están de acuerdo con vos son burros y autoritarios?
Lo que les ocurre a quienes insisten en el denominado lenguaje inclusivo es que, por un lado y fuera ya del lenguaje, no comprenden lo que implica la discriminación y, por otro, no entienden el valioso feminismo original. He escrito sobre ambos conceptos pero se hace necesario reiterar aunque más no sea de un modo resumido y telegráfico sobre las dos expresiones.
Ahhh ahora Lynch el postrero nos va a explicar el feminismo. Pero ojo, el "original", el "valioso". OG FEMINIST BENEGAS LYNCH IN DA HOUSE.
Igual no lo hace. Posta, no está eso en la nota. Creo que sabe que nadie las lee hasta el final ... hasta que vine yo.
Según el diccionario, discriminar quiere decir diferenciar y discernir. No hay acción humana que no discrimine: la comida que elegimos engullir, los amigos con que compartiremos reuniones, el periódico que leemos, la asociación a la que pertenecemos, las librerías que visitamos, la marca del automóvil que usamos, el tipo de casa en la que habitamos, con quién contraemos nupcias, a qué universidad asistimos, con qué jabón nos lavamos las manos, qué trabajo nos atrae más, quiénes serán nuestros socios, a qué religión adherimos (o a ninguna), qué arreglos contractuales aprobamos y qué mermelada les ponemos a las tostadas. Sin discriminación no hay acción posible. El que es indiferente no actúa. Entonces la acción es preferencia, elección, diferenciación, discernimiento y, por ende, implica discriminar.
Que raro que el hijo del viejo Lynch vio la primera definición del diccionario "Seleccionar excluyendo" y no vió la segunda: "Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc." se le debe haber pasado.
Pero aún mas allá de eso .. que es esto, Feliz Domingo? Me acuerdo cuando esos estudiantes tenían que dar una especie de discurso sobre cualquier tema, siempre empezaban "Según el diccionario de la real academia española, la democracia es ...." y así.
No esperaba nada de tí Alberto 2, y aún así logras decepcionarme.
Esto debe ser nítidamente separado de la pretensión, a todas luces descabellada, de intentar el establecimiento de derechos distintos por parte del aparato estatal, que, precisamente, existe para velar por los derechos y para garantizarlos.
Desde ya. Nada que ver con nada, pero desde ya.
Esta discriminación ilegítima echa por tierra la posibilidad de que cada uno maneje su vida y hacienda como le parezca adecuado, es decir, bloquea las posibilidades de que cada uno discrimine acerca de sus preferencias,
Ajá
lo cual debe ser respetado en una sociedad libre, siempre que no se lesionen iguales derechos de terceros. La igualdad ante la ley resulta crucial, concepto íntimamente atado a la justicia, es decir, a la propiedad, del propio cuerpo, a sus pensamientos y a sus pertenencias, en otras palabras, el “dar a cada uno lo suyo”.
Siempre y cuando, claro, tus pensamientos no incluyan "el lenguaje inclusivo es bueno", claro. Si pensás eso pensás feo, según Benegas Lynch, Alberto (hijo).
Curiosamente se han invertido los papeles: se alienta la discriminación estatal con lo que no les pertenece a los gobiernos y se combate y condena la discriminación que cada uno hace con sus pertenencias. Menudo problema en el que estamos por este camino de la sinrazón, en el contexto de una libertad hoy siempre menguante.
Dónde iremos a parar!
Por otra parte, en nombre de la novel “acción positiva” (affirmative action), impone cuotas compulsivas en centros académicos y lugares de trabajo “para equilibrar los distintos componentes de la sociedad”, al efecto de obligar a que se incorporen ciertas proporciones, por ejemplo, de asiáticos, lesbianas, gordos y budistas.
La "novel acción positiva" (que traducción del orto) existe desde ... 1961. Y todavía le parece nueva al precámbrico este.
Esta imposición naturalmente afecta de forma negativa la excelencia académica y la calidad laboral, ya que deben seleccionarse candidatos por razones distintas a la competencia profesional, lo cual deteriora la productividad conjunta, que, a su vez, incide en el nivel de vida de toda la población, muy especialmente de los más necesitados, cuyo deterioro en los salarios repercute de modo más contundente dada su precariedad.
Claro, obviamente la causa de la pobreza es que haya un cupo femenino en las listas electorales. Hago mías las palabras de Ruth Bader Guinsburg, cuando le preguntaron ¿Cuántas mujeres le parece que serían demasiadas en la corte suprema? y dijo 9. ¿Por qué? Porque durante doscientos años hubo nueve hombres y a nadie le parecía raro. Entonces si creés en la igualdad de derechos, ¿por qué no podría haber nueve mujeres?
Por todo esto es que resulta necesario insistir una vez más en que el precepto medular de una sociedad abierta que la igualdad de derechos es ante la ley y no mediante ella, puesto que esto último significa la liquidación del derecho, es decir, la manipulación del aparato estatal para forzar pseudoderechos que siempre significa la invasión de derechos de otros, quienes, consecuentemente, se ven obligados a financiar las pretensiones de aquellos que consideran que les pertenece el fruto del trabajo ajeno.
Nadie te va a cobrar por usar lenguaje inclusivo, Alberto hijo de tu homónimo, así que estás diciendo irrelevancias retrógradas peores a lo habitual.
Vivimos la era de los pre-juicios, es decir el emitir juicios sobre algo antes de conocerlo: la fobia a la discriminación de cada uno en sus asuntos personales y el apoyo incondicional a la discriminación de derechos por parte del Leviatán es, en gran medida, el resultado de la envidia, esto es, el mirar con malevolencia el bienestar ajeno, no el deseo de emular al mejor, sino que apunta a la destrucción del que sobresale por sus capacidades atacando el mérito.
Voy a responder de la única manera apropiada a este sorete en forma de párrafo. Prrrrrrrrrrrrrfffffffffrrrrrrrrrrt. En tu cara te tiro ese pedo hediondo de gordo que comió sushi, pelotude que no tenés ni siquiera un nombre que no hayas heredado.
Vivimos en una era en la que se discrimina lo que no debería discriminarse y no se permite discriminar lo que debe discriminarse. Por cierto, una confusión muy peligrosa. Respecto al feminismo moderno tan adicto al lenguaje inclusivo, reitero que hay dos tipos de feminismos. Uno consistente con la tradición de pensamiento liberal y su eje central de respeto recíproco; el otro, la emprende contra los derechos de las personas.
Esa coma, ese punto y coma... ¿Es éste mamerto el que se atreve a acusar a otros de desconocer la gramática, la sintaxis y la misma prosodia? Desaparezca, mártir de la lengua, jihadista del castellano con su pecho cubierto de párrafos rebuscados, citas irrelevantes y argumentos falaces como si fueran bombas caseras.
Con toda razón nos repugna y alarma la idea de la esclavitud. Nos resulta difícil aceptar que se pudiera implantar esa institución a todas luces espantosa, pero a veces se pasa por alto la esclavitud encubierta de la mujer en la época del cavernario machismo. Entristece la situación de un ser femenino que tuviera alguna ambición más allá de copular, internarse en la cocina y zurcir.
Sí.
Imaginemos más contemporáneamente a la extraordinaria Sophie Scholl, objeto de burla por ser mujer y por señalar a los asesinatos del nazismo en una notable demostración de coraje al distribuir material sobre la libertad en medios universitarios del nacionalsocialismo (fue condenada a muerte, sentencia ejecutada de inmediato para que no dar lugar a defensa alguna).
Sí.
Más cerca aún en el tiempo, imaginemos a la intrépida periodista Anna Politkovskaya, también vilipendiada por ser mujer y asesinada en un ascensor por denunciar la corrupción, los fraudes y el espíritu mafioso de la Rusia actual.
Ajá.
Pero sin llegar a estos actos de arrojo y valentía extremos, la mujer común fue tratada durante décadas y décadas como un animalito que debía ser dúctil frente a los caprichos y los desplantes de su marido, sus hermanos y todos los hombres que la rodearan. Muchas han sido vidas desperdiciadas y ultrajadas que no debían estudiar ni educarse en nada relevante para poder hundirlas más en el fango de la total indiferencia, embretadas en una rutina indigna que solamente resistían los espíritus serviles. En otro plano, debe subrayarse de modo enfático el horror de la cobardía criminal más espeluznante y canallesca de abusos y violaciones.
Cierto.
En realidad, dejando de lado estas últimas acciones delictivas y volviendo al denominado machismo, en algunos casos todavía se notan vestigios de trogloditas a los que no hay más que mirarles los rostros cuando hace uso de la palabra una mujer sobre temas que consideran privativos del sexo masculino.
Ok.
Todavía en algunas reuniones sociales se separan los sexos en ambientes distintos: unos para reflexionar sobre “temas importantes” y otro para hablar de pañales y equivalentes. Hay todavía maridos que no parecen percatarse de las inmensas ventajas que le reporta el intercambiar opiniones con sus cónyuges formado un equipo para hacer frente a todos los avatares y los andariveles de la vida. Los acomplejados sienten que pierden posiciones o son descolocados si se les diera rienda suelta a las deliberaciones del sexo femenino. En verdad son infradotados que únicamente pueden destacarse amordazando a otras.
Bueno.
Lo dicho para nada subestima al ama de casa, cuya misión central es nada menos que la formación de las almas de sus hijos, por cierto una tarea mucho más significativa y trascendente que la de comprar barato y vender caro, es decir, el arbitraje a que usualmente se dedican los maridos como si se tratara del descubrimiento de la piedra filosofal, en lugar de comprender que se trata de un mero medio para, precisamente, formarse y formar a sus descendientes.
¿Se dan cuenta lo que está haciendo, no? Lo dejo que siga un par de párrafos y lo charlamos.
La pionera en el feminismo o, en otros términos, la liberación de la mujer de la antedicha esclavitud encubierta fue Mary Wollstonecraft, una extraordinaria precursora que escribió, en 1792, A Vindication of the Rights of Women, libro en el que se leen párrafos del tenor del siguiente: “¿Quién ha decretado que el hombre es el único juez cuando la mujer comparte con él el don de la razón? Este es el tipo de argumentación que utilizan los tiranos pusilánimes de toda especie”.
Grosa.
Pensemos en lo que significaba escribir y publicar en esa época en medio de la más enfática condena social. A esta línea reivindicatoria adhirieron muchas figuras de muy diversa persuasión intelectual, desde las liberales Isabel Paterson, Rose Wilder Lane, Voltarine de Cleyre y Suzanne LaFollette. Destaco también el caso de Virginia Woolf, que sostenía: “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.
Muy bien.
En todo caso, esfuerzos en diversas direcciones para que se reconozca un lugar digno a las mujeres se desperdician malamente a través del inaudito “feminismo moderno”, integrado en su mayor parte por militantes resentidas, generalmente abortistas y a veces golpeadoras (como lo ocurrido en una marcha feminista en Buenos Aires con muchachos que pretendían limpiar la Catedral de inscripciones obscenas).
Y ahí llegó. Era tan obvio, se lo vio venir de lejos como malón en tiempo de seca. ¿Las mujeres del pasado, ya muertas, cuyos logros ya están naturalizados? ¡Son heroínas! ¡Un ejemplo a seguir!
¿Las que sigan su ejemplo? Son monstruos.
Lo chistoso es que seres de la calaña de Albertinho, cuando Virginia Woolf estaba viva, y cuando Mary Stonewollcraft estaba viva, y cuando cada una de las que menciona estaba viva ... decían cosas similares de ellas.
Comenzó esta tradición nefasta Anna Doyle Wheeler, quien estaba muy influenciada por Saint-Simon y mucho más adelante siguieron Clara Fraser, Emma Goldman, Donna Haraway y Sylvia Walburg, quienes aplicaron la tesis marxista de la opresión a las reivindicaciones feministas y sostienen que la propiedad privada constituye una institución que debe abolirse.
Marxistas. Siempre es culpa de los marxistas. Aún cuando no eran los marxistas, eran los marxistas.
La mayoría de las que cita eran simplemente socialistas.
Carlos Grané, en El puño invisible, denuncia un pretendido feminismo encajado de contrabando en el arte. En este sentido escribe que “la filósofa” Luce Irigaray escribe que “La ecuación de Einstein de e = m.c2 [la energía es igual a la masa por la velocidad de la luz al cuadrado] es machista. ¿La razón? en jerga feminista significa que la ecuación de Einstein fomenta la lógica del más rápido, lo cual responde a un típico prejuicio machista”.
También hay machistas que han dicho pelotudeces. De todas formas no dijo exactamente eso. Dijo algo parecido, pero no eso. Parece que lo de citar no se le da bien a este muchacho.
Y esa, gente (¡Fíjense como hablo en inclusivo, sufra, Benegas el exiguo!) es su supuesta explicación sobre el feminismo. Dar una lista de feministas, unos lugares comunes, decir que las feministas de ahora son malas y las de antes eran buenas. Mirá vos, che. ¿Algo para decir no tenía?
Se trata de “individuas” dirían las del lenguaje inclusivo pero que son vacías interiormente, con complejo de inferioridad y espíritu totalitario. Este es el contexto en el que Nati Mistral afirmó: “Soy antifeminista porque soy muy femenina”.
Como dijo también Nati Mistral: "Las feministas os están amariconando". ¿Ves que es cierto que mucha gente dice pelotudeces?
El siguiente párrafo es horrendo. Vamos a despiezarlo como un pollo, a ver si hay carne.
En resumen, como anotamos al abrir esta nota,
"Ignoran la gramática y la prosodia" se atrevió a decir.
el lenguaje sirve principalmente para pensar y luego para transmitir nuestros pensamientos
Ehhhh no. Hay pensamiento preverbal. Si se hubiera molestado en leer a Polanyi en vez de a citarlo lo sabría. Por ejemplo, como resume Lorenzo Magnani: "Si todo el conocimiento es explícito y posible de expresarse claramente, no es posible conocer un problema o buscar su solución; si los problemas existen y se pueden descubrir cosas resolviéndolos, podemos conocer cosas que no podemos expresar".
Ves, Lynch, que es mejor leer que citar?
por lo que fabricaciones fantasiosas impiden el adecuado pensamiento y la comunicación
Ya saben, si hablan de forma inclusiva piensan feo y Alberto no entiende.
No me extrañaría que si esto sigue su curso se sustituirá una de las falacias más estudiadas en lógica desde tiempo inmemorial por alguna curiosidad gramatical: me refiero a la falacia ad hominem.
¿¿¿¿¿QUE TIENE QUE VER????
Vos, Alberto Benegas Lynch (2), que usa como único argumento contra el feminismo moderno criticar a algunas de sus proponentes... ¿Te estás quejando de la falacia ad hominem? Es más, de que le cambien el nombre porque empieza con "hom"? ¿Ese es el remate de la columna? Que manera de quedarse sin nafta el fitito de tu intelecto, Alberto Benegas Lynch, hijo.
¿Es esto lo que pasa por un columnista de opinión en Argentina 2020?
Mi consejo, Infobae:
- Busquen a alguien que sepa escribir
- Busquen a alguien que haya leído a los autores que cita, y que de vez en cuando los cite correctamente
- Busquen a alguien que tenga alguna idea en su cabeza que no sea "el pasado era mejor y la modernidad me confunde"
Ninguno de esos se va a llamar Alberto Benegas Lynch, hijo o no.