Las mentiras buenas
Estaba un detective flaquito llamado Munch (parecido al cuadro de Edvard Munch), interrogando a alguien por algo. Y se enoja. Muy muy muy enojado, y dice esto:
"¿Te estás guardando las mentiras buenas para un policía más inteligente, no? [...] Llevo diez años en homicidios. Si me vas a mentir, mentíme con respeto."
Nunca me olvido esa línea porque habla de una de las cosas que más me molestan en la vida, cuando alguien me dice cosas que son obvia, transparentemente falsas sólo porque esperan que les siga la corriente, porque decirles que son pavadas es demasiado laburo, o maleducado, o una pérdida de tiempo, o me hace quedar mal, o lo que sea.
Y es cierto. La mayor parte del tiempo les sale bien, y está bien porque también está este lado de la historia:

Por otro lado, están aquellos que no saben que están diciendo pavadas. No tengo que enojarme con ellos por tratarme como un gil que no se va a dar cuenta porque ellos mismos no se dieron cuenta y merecen una mano.
Mi post anterior fue acerca de ese tipo de cosa en un debate específico, el del matrimonio gay, pero podría hacer lo mismo con casi cualquier cosa que vale la pena discutir, y me molesté en escribir esas posiciones con explicaciones de porqué no funcionan en parte para dar mi posición a favor pero en parte porque quier un debate interesante. Quiero buenas ideas del otro lado, ¿si no vienen con algo para pegar, para que vienen? ¿Adonde está la gracia de ganar una batalla intelectual contra un adversario desarmado?
¡Comparto la indignación de Munch! ¿Tan poco te importa la verdad que mostrás mentiras que ni parecen ciertas? ¿Falsedades tan flojas que se caen si las mirás fuerte? ¿Tan poco te respetás que mostrás ese cerebro en público? ¡Respetáme cuando me mentís! ¡usá las mentiras buenas!
Si el otro lado no puede impulsar una posición coherente, ¿por qué hay debate? Estamos peleando contra humo, contra hábitos y costumbres sin ningún pensamiento atrás? ¿Estamos peleando contra nada? Eso es triste porque hay gente del otro lado, y eso quiere decir que ellos están peleando por la nada. ¿Son malditos vendedores de humo? ¿Defensores del vacío?
Sí, esa gente me enoja. Sí, no debería. Sí, me veo tonto muchas veces. No, no me importa.