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Ralsina.Me — El sitio web de Roberto Alsina

La Cacerola Loca

"Lo­cu­ra es ha­cer lo mis­mo una y otra vez es­pe­ran­do re­sul­ta­dos di­fe­ren­tes"

—Al­bert Eins­tein

Hoy leí en un co­men­ta­rio en un si­tio que no me­re­ce ser li­nkea­do la pre­gun­ta "có­mo pue­de ser que ha­yan lle­ga­do al po­der és­to­s". Bue­no, es­ti­ma­do co­men­ta­ris­ta anó­ni­mo de blog po­lí­ti­co­-­ve­de­tti­l, te lo voy a ex­pli­ca­r.

La cau­sa in­me­dia­da del po­der de Cris­ti­na Fer­nan­dez es, ob­via­men­te, que ga­nó elec­cio­nes. Pe­ro a na­die le in­te­re­sa eso, ex­cep­to a los que se la pa­san echan­do en ca­ra del 46% que 54 es más que 46, y que si quie­ren ser pre­si­den­tes es bue­na idea ga­nar elec­cio­nes, pe­ro acá no va­mos a caer en ese fa­ci­lis­mo. Va­mos a ver más pa­ra atrá­s.

Cris­ti­na lle­ga a pre­si­den­ta en gran par­te por­que la apo­ya co­mo can­di­da­ta Nés­to­r. Si bien ella es una per­so­na con un gran his­to­rial po­lí­ti­co, sena­do­ra, etc. si no la lle­va­ba Nés­to­r, no hu­bie­ra si­do pre­si­den­ta. O tal vez sí, pe­ro de otra ma­ne­ra com­ple­ta­men­te dis­tin­ta, igual que si yo no hu­bie­ra com­pra­do una Sin­clair 1000 no se­ría pro­gra­ma­dor (a me­nos que lo hu­bie­ra si­do por otros mo­ti­vo­s). Pe­ro esos otros mo­ti­vos son fic­ció­n, por­que no su­ce­die­ro­n. Ella es pre­si­den­ta por Nés­to­r.

¿Y có­mo lle­gó Nés­tor a pre­si­den­te? Lle­gó por­que lo lle­vó Duhal­de, y por­que Me­nem se hi­zo en­ci­ma por­que se ol­vi­dó de po­ner­se el pa­ñal pa­ra adul­to­s, o por­que se dió cuen­ta de que a pe­sar de ga­nar la pri­me­ra vuel­ta, en la se­gun­da sa­ca­ba exac­ta­men­te los mis­mos vo­tos por­que to­dos los de­más no lo que­rían.

Así que Nés­tor ni si­quie­ra lle­gó por ga­nar elec­cio­nes, lle­gó por­que de los otros dos po­lí­ti­cos que po­dían lle­gar a ser can­di­da­to­s, uno (Duhal­de) se te­nía que ir por dos muer­tos y el otro (Me­ne­m) es­ta­ba que­ma­do.

¿Pe­ro có­mo pue­de ser eso? ¿Có­mo pue­de su­ce­der que los tres po­lí­ti­cos más po­pu­la­res a ni­vel na­cio­nal en ese mo­men­to fue­ran esos tres? ¡Uno que no se pue­de pre­sen­ta­r, uno que no lo vo­ta na­die, y uno que no lo co­no­ce na­die, y saca me­nos vo­tos que Me­me­m! Eso no es nor­mal.

Pe­ro cla­ro, pen­se­mo­s. ¿Por qué Duhal­de te­nía po­de­r, co­mo pa­ra po­der em­pu­jar a Kir­ch­ner co­mo can­di­da­to? Por la ace­fa­lía del 2001-2002. Acuér­den­se que a Duhal­de ese po­der le lle­ga cuan­do ya to­dos los de­más se ha­bían es­ca­pa­do de ese po­der por­que que­ma­ba, por­que na­die lo ban­ca­ba, por­que no les da­ba el cue­ro, por­que no te­nían las pe­lo­tas de ti­ta­nio que tie­ne el hi­jo de mil pu­tas de Duhal­de.

Me­nem lle­ga por­que hu­bo tal de­ba­cle que la gen­te (bue­no, di­ga­mos un cuar­to de la gen­te) de­cía, mier­da, el tur­co era un tre­me­bun­do hi­jo de pu­ta... ¡pe­ro es­to fue peo­r!

Sí, lle­ga­mos en el 2003 con esos 3 can­di­da­tos por cul­pa del 2001. ¿Qué pa­só en el 2001? El ca­ce­ro­la­zo. En el 2001 se hi­zo pú­bli­ca esa con­sig­na de "que se va­yan to­do­s". Y se fue­ron to­do­s. Bue­no, ca­si to­do­s. Que­dó Duhal­de, por­que el ti­po lo bau­ti­za­ron con te­fló­n, que­dó Me­ne­m, por­que no te­nía otra co­sa que ha­cer en la vi­da, y que­dó Kir­ch­ner por­que a Duhal­de se le fué de las ma­nos una re­pre­sió­n, mu­rie­ron dos pi­be­s, di­jo "ma sí, me voy a pes­car en el go­mó­n", y era lo que ha­bía a ma­no. ¿Se acuer­dan cuan­do de­cían que era "el chi­ro­li­ta de Duhal­de"? ¡Si has­ta lo ha­bían bau­ti­za­do Vi­ro­li­ta! ¡Cuán­ta pres­cien­cia po­lí­ti­ca, qué don de adi­vi­na­ció­n!

Pe­ro si en el 2001 no se hu­bie­ran ido to­do­s, al­guno hu­bie­ra que­da­do. Y si que­da­ba al­gu­no, Duhal­de no era pre­si­den­te, Kir­ch­ner no era can­di­da­to, Me­nem era ju­bi­la­do, y en las elec­cio­nes del 2003 quién sa­be qué hu­bie­ra pa­sa­do.

En­ton­ces ver aho­ra a la mis­ma gen­te salien­do de vuel­ta a la ca­lle, di­cien­do las mis­mas co­sas, en la mis­ma po­se, de­mo­ni­zan­do a la po­lí­ti­ca co­mo si ellos tu­vie­ran una idea de con qué reem­pla­zar­la, es gra­cio­so. Bah, gra­cio­so si no te jo­de que ha­ya tan­ta gen­te que no se da cuen­ta que es­tá ha­cien­do lo mis­mo, una y otra ve­z, es­pe­ran­do un re­sul­ta­do dis­tin­to. Si no te jo­de que salir a de­cir "que se va­yan to­do­s" y "que se aca­be la po­lí­ti­ca" es, li­te­ral­men­te, una lo­cu­ra.

"To­do lo que di­gas pa­re­ce más in­te­li­gen­te si se lo atri­buís a Eins­tei­n"

—Al­bert Eins­tein


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